El pedido de la Palabra y Adamas



Dieron alabanza la gran Palabra, el Autoengendrado divino y el hombre incorruptible Adamas, pidieron una potencia y fuerza para siempre para el Autoengendrado para plenitud de los cuatro eones, de modo que por medio de ellos se manifestaran 51 [...] la gloria y la po[ten]cia del Padre invisible del hombre santo de la gran luz que vendrá al mundo que es la apariencia de la noche. El hombre incorruptible Adamas les pidió un hijo a partir de él, para que fuera padre de la raza inquebrantable e incorruptible de modo que por medio de ella se manifestara el Silencio y la Voz y por medio de ella surgiera el eón que es mortal para que se disolviera.

Generación de las cuatro luminarias y de Set

Y de este modo vino de lo alto la potencia de la gran luz, la manifestación. Ella generó las cuatro luminarias: Armozel, Oroiael, Daveité y Elelet y al gran incorruptible Set, el hijo del hombre incorruptible, Adamas.

El cumplimiento de la Hebdómada y las consortes de las luminarias

Y de este modo se completó la Hebdómada perfecta que existe en misterios 52 ocultos. Una vez que reci[bió] la g[loria] fue once Ogdóadas. Y respondió afirmativamente el Padre. Estuvo de acuerdo el Pleroma entero de las luminarias. Procedieron sus [con]sortes para el acabamiento de la Ogdóada del divino Autoengendrado: la Gracia, de la primera luminaria, Armozel; la Sensibilidad de la segunda luminaria, Oroiel; la Inteligencia de la tercera luminaria, Daveite; la Prudencia de la cuarta luminaria, Elelet. Ésta es la primera Ogdóada del Autoengendrado divino.

Los servidores de las luminarias y sus consortes

Y aceptó el Padre. Estuvo de acuerdo el Pleroma entero de las luminarias. Procedieron los [servidores]. El primero el gran Gamaliel, (de) la primera gran luminaria, Armozel. Y el gran Gabriel, (de) la segunda gran luminaria, Oroiel. Y el gran Samio, de la gran luminaria, Daveite. Y el gran Abrasax, de 53 la [gran luminaria], Elelet. Y [las con] sortes de éstos procedieron por la voluntad de la buena voluntad del Padre, la Memoria del grande, el primero, Gamaliel; el Amor del grande, el segundo, Gabriel; la Paz del tercero, el gran Samblo; la Vida eterna del grande, el cuarto, Abrasax. De este modo se completaron las cinco Ogdóadas, cuarenta en total, como un poder que no se puede interpretar.

La petición de la Palabra y el Pleroma

Entonces la gran Palabra, el Autoengendrado [y] la Palabra del Pleroma de las cuatro luminarias dio alabanza al gran Espíritu invisible, inapelable, virginal y a la virgen masculina y el gran eón Doxomedón y a los tronos que están en ellos y a los poderes que los rodean y a las glorias y a las autoridades y a los poderes [y] al Infante tres veces varón y a la virgen masculina Youel y a Esefec, 54 el resplandeciente, [el Infante] del Infante y la corona de [su glo]ria, el Pleroma total, y a las glorias todas que están en este lugar, los pleromas sin fin [y] los eones innominables, para que den nombre al Padre como el cuarto junto con la raza incorruptible, para poder llamar a la semilla del Padre la semilla del gran Set.

Respuesta a la petición

Entonces todos se agitaron y el temblor dominó a los incorruptibles. Entonces el Infante tres veces varón procedió desde arriba hacia abajo en los inengendrados y los autoengendrados y los que fueron engendrados en lo que es engendrado. Procedió la grandeza, la grandeza total del gran Cristo. Estableció tronos en gloria, miríadas innumerables en los cuatro eones que lo rodean, miríadas innumerables, potencias y glorias 55 e incorruptibilidades. Y dimanó de esta manera.

Aparición de la iglesia espiritual

Y la in[co]rruptible asamblea espiritual acreció en las cuatro luminarias del gran Autoengendrado viviente, el Dios de la Verdad, alabando, cantando y glorificando con una voz única, con un acorde y con una voz sin descanso al Padre y a la Madre, y al Hijo y al Pleroma todo, como he dicho. Los cinco sellos que están en las miríadas y que gobiernan sobre los eones y que transportan las glorias de los guí[a]s fueron encargados de revelarse a los que son dignos. Amén.

La alabanza de Set y la petición por su simiente

Entonces el gran Set, el hijo del incorruptible hombre Adamas, dio alabanza al grande, invisible, indecible, innominable, virginal Espíritu y a la [virgen] mas[cu]lina [y al Infante tres veces masculino y a la] virgen [masculina] Youel y a Esefec el resplandeciente de su gloria, y a la corona de su gloria, el Infante del Infante, 56 y al gran eón Doxomedón y al Pleroma del que he hablado anteriormente. Y él pidió por su semilla.

Plesitea y su obra

Entonces vino de este lugar el gran poder de la gran luminaria Plesitea, la madre de los ángeles, la madre de las luces, la madre gloriosa, la virgen de cuatro pechos aportando el fruto desde Gomorra como fuente junto con Sodoma que es el fruto de la fuente de Gomorra que está en ella. Vino a través del gran Set.

El júbilo del gran Set

Entonces el gran Set se alegró por el don que se le concedió por el incorruptible Infante. Tomó su simiente de la virgen de los cuatro pechos y la colocó con él en el cuarto eón (y) en la tercera gran luminaria Daveité.

Creación de los gobernadores del mundo

Después de cinco mil años la gran luminaria Elelet dijo: «Gobierne alguno sobre el caos y el Hades». Y apareció una nube 57 [cuyo nombre e]s Sabiduría material [... ella] miró las regiones [del caos], siendo su rostro como [...en] su forma [...] [...] sangre. Y dijo [el gran á]ngel Gamaliel [al gran Gabrie]l, el servidor de [la gran lu]z, Oroiael. Él [dijo: «Un á]ngel salga [para que go]bierne sobre el caos [y el Hades. Enton]ces la nube [satisfecha vino] en las dos mónadas [de las cuales cada] una tenía una luz [... tro]no que ella había colocado [arriba] en la nube. [Entonces v]io Saclas, el gran [ángel, a]l gran demon [que está con él, Nebr]uel. Y llegaron a ser [juntos un] espíritu generador de la tierra. [Generaron án]geles asis[tentes. Dijo] Saclas al gran [demon Neb]ruel: «Se[an los do]ce eones en [el ...] eón, mundos». [... di]jo el gran án[gel Saclas] por la voluntad del 58 Autoengendrado: «Lleguen a ser [...] del número de siete [...]». Y dijo a los [grandes ángeles]: «Id y que [cada uno] de vosotros reine sobre su [mundo. Fue]ron cada uno [de estos] doce [ángeles]. El primer ángel es At[ot. Es aquel] al que llaman [las grandes ra]zas de los hombres [... El se]gundo es Harmas, [que es el ojo del fuego]. El tercero [es Galila. El cuar]to es Yobel. [El quinto es A]doneo. El sexto [es Caín, al que lla]man las [grandes razas] de hombres, el Sol. El [séptimo es Abel]; el octavo, Aquiresina; el [noveno, Yubel]; el décimo es Harm[upiael; el dé]cimo primero es Ar[ciadoneo]; el décimo segundo [es Beliás. Éstos son] los que presiden el Ha[des y el caos].

La arrogancia de Saclas

Y después de la fundaci[ón del mundo] dijo Saclas a sus á[ngeles: Yo], yo soy un Di[os celoso] y fuera de mí nin[gún otro existe», puesto que 59 creía en su realidad.

El rencor de Saclas y la plasmación del hombre

Entonces una voz vino de lo alto diciendo: «Existe el Hombre y el Hijo del Hombre», a causa del descenso de la imagen de lo alto, que es similar a su voz en la altura de la imagen que ha visto. Por medio de la visión de la imagen de lo alto se plasmó la primera criatura.


Дата добавления: 2019-11-25; просмотров: 131; Мы поможем в написании вашей работы!

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